Podcast: Basilea se llena de arte, color y ritmo para Eurovision 2025

La ciudad suiza de Basilea abre un paréntesis en su vida cotidiana, en la seriedad de sus calles y en la tranquilidad del centro histórico para abrirse a la luz, el color, la música… y porque no, al friquismo tan unidos con el Festival de Eurovisión.

 

El culpable, o responsable de que ese país celebre el certamen de música más impactante del mundo es Nemo. El año pasado con su canción «Code» ganó para su país el honor de organizar este festival al que aspiran la mayoría de las ciudades europeas. Organizarlo es sinónimo de pasar a formar parte de una liga especial.

Hasta instituciones tan prestigiosas como la fundación Beyeler se transforman para unirse a la fantasía del certamen. Ellos proponen estas notas musicales para apoyar al festival, con uno de los proyectos artísticos que expresa la conexión de la ciudad entre la música y el arte de una forma única.

Hasta el 17 de mayo, un gran arcoíris obra del artista suizo Ugo Rondinone, presidirá el edificio que acoge obras de los pintores más importantes del siglo XX. «Las esculturas de arcoíris de Rondinone combinan la simplicidad visual y la memorabilidad con una profunda emotividad y son capaces de hablar directamente al espectador en varios niveles. Como dice el propio Rondinone, el arcoíris, y cito, es un puente entre todos y todo».

Como señala el curador principal, Raphael Bouvier, «La diversidad cultural está reflejada como ninguna otra en un arcoiris». Su luz irradiará las salas expositivas y han escogido varias obras para proponer un recorrido por el color.

«Representa a Iris, la antigua diosa y encarnación del arco iris, quien en su conexión entre el cielo y la tierra era también la mensajera de los dioses para la humanidad. A partir de esta figura pionera del arte moderno, Over the Rainbow despliega un espectro colorido de obras de arte de famosos artistas del arte moderno y contemporáneo».

Luces tan originales como las auroras boreales también estarán presentes en la fundación Beyeler, con una exposición sobre la luz en los países del norte, donde destacan las obras del noruego Edvard Munch.

Basilea abre sus puertas —y su corazón— al mundo. Esta ciudad suiza, fronteriza con Alemania y Francia se convierte en un vibrante escenario artístico. Desde instalaciones interactivas hasta exposiciones de renombre mundial, la ciudad despliega una oferta cultural que deja sin aliento al que la visite estos días.

El epicentro de esta fiesta

Antes de enfrentarse a este reto organizativo, los basilienses organizaron un referéndum, como hacen con casi todo lo que implica a la ciudadanía… Entusiasmados, más del 60% votó a favor. ¡Cómo perder una oportunidad como esta para vivir uno de los certamenes musico-populares más atractivos, vibrantes y explosivos del mundo!

«Queremos demostrar que Basilea es sinónimo de creatividad, apertura y diversidad cultural», Letizia Elia, responsable de Turismo de Basilea, destaca que quieren mostrar la Basilea auténtica. «Lo has oído, la cultura y el arte son parte del ADN de la ciudad de Basilea. Esto es importante para nosotros».

Una de las estrellas del programa es «Lightning Symphony», una escultura inflable gigante creada por la artista suiza Claudia Kont. «Es una monumental escultura inflable situada al lado de Village en Mesaplatz», dice Kont. «Con la forma de una onda sonora ondulante, el aislamiento se extiende horizontalmente por el suelo. Dos colosales ondas sónicas se hacen tangibles, formando un corredor transitable que invita al visitante a adentrarse en la arquitectura de la música».

Una experiencia sensorial que une sonido, luz y movimiento.

Y si de emociones hablamos, la instalación de neón Conduje toda la noche pensando en ti”, del dúo Jahitsch y Röthlisberger, promete tocar fibras con su poesía visual.

El Proyecto Creativo Joven, liderado por el Club de Directores de Arte Suizo, ha puesto en manos de nuevos talentos la imagen del longevo festival. El resultado es una campaña fresca, diversa y profundamente humana: Unidos por la música”.

El spot televisivo es una verdadera joya emocional. Al ritmo del himno del festival, muestra a personas reales —sin filtros ni artificios— compartiendo momentos cotidianos.

El Museo de Historia de la ciudad ha preparado una especie de Caja de la memoria, que se instalará en la Plaza del Teatro. «Recopilamos recuerdos personales, objetos e historia relacionados con el festival», señala una de sus responsables. «Lo que cuenta es que el recuerdo sea muy personal. Puede ser una camiseta del public viewing, una entrada o quién sabe, tal vez la anécdota divertida que hace reír al público».

Las imágenes gráficas recuerdan al visitante que las diferencias no solo nos enriquecen, sino que también nos conectan. Da igual si nos gusta el glam o el rock o si somos zoomer o boomer, los contrastes, como los colores, también combinan. Desde drag kings hasta abuelos rockeros, todos encuentran su lugar bajo la misma melodía.

En Kaserne se celebra un acto centrado en la comunidad LGTB+: «Love is love». Los organizadores están preparando una velada muy especial que combina la cultura, la música y el discurso queer. No se pierdan el concierto en solitario de Harrison McClary, quien cautivará al público con su singular combinación de soul, folk y profundidad emocional.

Hasta el campus científico-farmacéutico de Novartis se ha implicado en el certamen y es un buen lugar para caminar junto al Rin y descubrir la arquitectura más moderna de la ciudad. Las orillas del río están llenas de zonas arboladas y restaurantes para disfrutar de unas horas en la naturaleza.

Los que prefieran aprovechar para conocer algunas de las valiosas obras de arte que guarda esta ciudad, no pueden dejar de ver el Kunstmuseum, que alberga una de las colecciones públicas de arte más antiguas y extensas del mundo, o la pinacoteca dedicada al original artista local, Jean Tinguely. Quedaréis sorprendidos por sus imaginativas propuestas.

Una de sus obras más conocidas es la Fuente del Carnaval con sus divertidas esculturas mecánicas, situada junto al Museo de Historia de Basilea. Son diez figuras colocadas como actores y actrices… o bailarines sobre un escenario y ofrecen un espectáculo que siempre es igual y que, sin embargo, siempre se percibe como nuevo.

Aunque para muchos pueda resultar una ciudad cara, lo cierto es que muchas actividades serán gratuitas, como explica Natascha Martín, representante de la oficina de turismo de Basilea.

Así se prepara Suiza para Eurovisión 2025: con arte, con alma y con una invitación abierta a todo el mundo. La Basilea auténtica. La que vibra con la música, la que celebra la diversidad y la que se abre al futuro con una sonrisa.

Así que preparad vuestros sentidos, afinad la voz y vivid una Eurovisión que promete ser tan inclusiva como inolvidable.

¡Que suene la música!

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